Me encontraba en un punto muy inicial de mi proyecto, pues tan sólo tenía clara la idea de negocio y la imagen de marca. Es decir, necesitaba el diseño y el «montaje» de toda la web. Destacaría varias cosas de trabajar contigo: la facilidad de comunicación contigo, la actitud proactiva, lo bien que nos entendimos, el soporte post-venta y sobre todo el resultado de la web en sí. Ahora que tengo web, mis clientes (reales y potenciales) pueden encontrarme en internet y leer qué servicios ofrezco y cómo ponerse en contacto conmigo, entre otras cosas.